
Esta carta fue probablemente escrita durante el tercer viaje de Pablo, desde la ciudad de Corinto en el año 57. Es uno de sus escritos más importantes.
La importancia teológica de la carta es extraordinaria. Su repercusión en la teología cristiana de todos los tiempos es tal que en el aspecto doctrinal ha influido tal vez más que el resto de los escritos del Nuevo Testamento. Los Santos Padres, los teólogos de la edad media, los concilios, los reformadores protestantes y los católicos de todos los tiempos se han fundado en ella para asegurar sus propias doctrinas. Las nuevas corrientes teológicas también acuden a ella para afianzar sus posiciones, y con razón, porque más que una carta, parece un tratado teológico, sólido y definitivo para el cristianismo.
Pablo piensa que la mejor y más eficaz presentación consiste en exponer con amplitud las ideas claves de "su mensaje", sobre todo con respecto a los puntos más controvertidos para las nacientes comunidades. Parece que Pablo tiene en mente el proyecto de hacer de Roma, punto geográfico muy significativo, el lugar para proyectar su "mensaje" a los paganos.
Pablo desarrolla la misma idea de maneras diferentes:
- "Como estadístico": constata que todos los hombres, sean paganos o judíos, son pecadores y necesitan por lo tanto ser salvados por Jesucristo.
- "Como psicólogo": Nos muestra cómo el hombre está dividido en su interior entre el bien que quiere hacer y no hace y el mal que no quiere hacer y hace. El Espíritu reconcilia al creyente con Dios y desde ese momento se la puede llamar "Abba" (¡papá!) y también le reconcilia con los demás hombres y con el universo.
- "Como creyente": Hace una reflexión a partir de lo que significa el bautismo para nosotros. Por ese bautismo nos hemos unido a Jesús, muerto y resucitado, al segundo Adán, al nuevo modelo de "Hombre". En Cristo somos una "creación" nueva. También nos ofrece Pablo una visión y meditación sobre el problema más serio de cada creyente y de toda la sociedad: la salvación o liberación interior, que él llama "justificación".
- "como historiador": Pablo repasa la historia de Israel, nos muestra su miseria por haber rechazado a Cristo y anuncia su salvación para el momento histórico en que el pueblo judío reconozca a Jesús como el Mesías esperado.
- "Como moralista": Saca las consecuencias de esta fe para la vida cotidiana de los cristianos. Una nueva forma de vivir que lleva consigo unas exigencias muy concretas, porque la moral que propone Pablo no es una moral estática, inoperante y pasiva, sino algo dinámico, en progreso constante y en lucha constante.
"Fisonomía de la carta": El mundo está dominado por el poder del pecado, que bajo múltiples formas esclaviza al hombre y lo lleva a conductas indignas y destructoras. Ante ese panorama, consecuencia del pecado, "las leyes y los ritos" son totalmente ineficaces, pues la única solución está en la "liberación" interior del hombre, que se realiza por la fe en Cristo muerto y resucitado. Por esa fe Dios nos libera del pecado, de la muerte y de la Ley, y de esta forma el hombre puede caminar impulsado por el Espíritu en una "vida nueva". La esencia de esta nueva vida es el culto del amor fraterno y de la convivencia comunitaria.
Otros recursos sobre la carta a los Romanos:

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